2013-07-23 Radio Vaticana
El Papa Francisco transcurrió su primera noche en Río de Janeiro, tras haber llegado ayer por la tarde en un recorrido desde el aeropuerto que puso a dura prueba el servicio de seguridad.
Este martes, según el programa establecido, el Papa debería descansar… Y esta tarde a las 19,30 con la santa Misa que presidirá el arzobispo de San Sebastián de Río de Janeiro, Mons. Orani Joao Tempesta, se abrirá la XXXVIII JMJ en espera de la fiesta de acogida de los jóvenes del jueves 25 de julio.
Quienes viven y trabajan aquí manifiestan su gran entusiasmo por el encuentro con el Obispo de Roma, que se reunirá con los jóvenes del mundo para recordarles que con Cristo el corazón no envejece jamás, aunque tenga 70 u 80 años.Como lo afirmó el pasado 24 demarzo en la Plaza de San Pedro, ante 200 mil personas, en el entonces Domingo de Ramos y cuando era Papa desde hacía poco más de diez días.
Y más recientemente, cuando se publicó su primera encíclica, escrita “a cuatro manos” con Benedicto XVI (quien cedió al Papa sus apuntes en la elaboración de esta carta, Lumen fidei, la luz de la fe), Francisco, en el capítulo dedicado a la fe y la familia, escribe que son sobre todo los jóvenes, los que atraviesan una edad tan compleja, rica e importante para la fe, quienes deben sentir la cercanía y la atención de la familia y de la comunidad eclesial en su camino de crecimiento en la fe.
En efecto el Papa Francisco recuerda que todos hemos visto cómo, en las Jornadas Mundiales de la Juventud, los jóvenes manifiestan la alegría de la fe, el compromiso de vivir una fe cada vez más sólida y generosa. Porque el Papa sabe que los jóvenes “aspiran a una vida grande”. De hecho es el período de la vida de los grandes ideales, ente los cuales también está el del encuentro con Cristo, “el dejarse aferrar y guiar por su amor”, que “amplía el horizonte de la existencia”, dándoles esa esperanza sólida que no defrauda.
Pero Francisco va más allá, con esas frases incisivas que nos invitan a pensar. En efecto el Papa escribe: “la fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades”.
En este primer viaje apostólico internacional del Papa Francisco, con motivo de la JMJ de Río de Janeiro participarán once mil sacerdotes, mil quinientos obispos y sesenta cardenales, además de sus protagonistas, los jóvenes. Seguramente las palabras del Santo Padre harán muy bien a este enorme país sudamericano en el que los católicos siguen siendo mayoría, pero con un descenso en comparación con los decenios anteriores que los coloca en el 64 y 68 por ciento…
Desde Río de Janeiro, María Fernanda Bernasconi, Radio Vaticano (MZ-RV)