SANTA TEÓDOTA, de la que el Martirologio Romano hace mención en este día, era una noble dama de Nicea. Según las "actas" de la santa, que carecen de valor, el prefecto Leucacio intentó casarse con ella, pero al rehusar Teódota, el prefecto la denunció, lo mismo que a sus tres hijos, ante Nicecio, procónsul de Bitinia. La persecución de Diocleciano estaba entonces en todo su furor. Nicecio preguntó a Teódota si ella había enseñado a sus hijos la falsa religión que practicaban. Teódota replicó que no era una religión falsa ni nueva. Nicecio exclamó: "¿Acaso quieres decir que tus antepasados conocían ya tales doctrinas?" Evodio, el hijo mayor de Teódota, intervino entonces, diciendo: "Nuestros antepasados estaban equivocados, pero no porque Dios no hubiese revelado la Verdad, sino porque se cegaban voluntariamente y se precipitaban en el error. Pero nosotros estamos decididos a seguir a nuestra madre." Nicecio replicó: "Vuestra madre va a ofrecer sacrificios a los dioses, a querer o no". En seguida, dirigiéndose a Teódota, le echó en cara la valiente respuesta de su hijo y la exhortó a sacrificar a los dioses para salvar la vida de sus hijos. Como no lograse persuadirla, Nicecio condenó finalmente a los cuatro mártires a morir por el fuego.
Alban Butler - Vida de los Santos