El rostro de Cristo brilla incluso a través de densas nubes

2013-08-08 L’Osservatore Romano
Publicamos un breve extracto –el texto original íntegro se puede consultar en italiano en la página http://www.vatican.va/archive/aas/documents/2013/aprile-maggio2013.pdf– de la meditación del cardenal maltés Prosper Grech, dirigida a los 115 cardenales presentes el 12 de marzo del presente año, con ocasión de la apertura del Cónclave, que al día siguiente eligió al Papa Francisco.

A la venerable edad de 87 años soy uno de los más ancianos del Colegio cardenalicio, pero en cuanto nombramiento, soy apenas un recién nacido; y dado que mi vida ha estado siempre dedicada al estudio, mi conocimiento de las vicisitudes de la Curia, no supera el tercer año de primaria. Sólo en cuanto tal me atrevo a presentar esta sencilla meditación In Nomine Domini...

Incluso profesando el lugar común de que el Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, no siempre lo tomamos en consideración en nuestros proyectos sobre la Iglesia. Él trasciende cualquier análisis sociológico y previsión histórica. Supera los escándalos, las políticas internas, los arribismos y los problemas sociales, que en su complejidad oscurecen el rostro de Cristo que debe brillar también a través de densas nubes...

En 1961 Juan XXIII recibió en audiencia al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede en esta Capilla Sixtina. Señaló la figura dominante de Cristo juez en el fresco de Miguel Ángel, y les dijo que Cristo juzgará también el actuar de cada nación a lo largo de la historia. Vosotros os encontráis en esta misma Capilla, bajo la figura de ese Cristo con la mano alzada, no para aplastar, sino para iluminar vuestro voto, que sea secundum Spiritum, non secundum carnem. Y en este sentido, el elegido no será el vuestro, sino esencialmente el Suyo.