Santos Claudio, Asterio, Neon, Donina y Teonila

Date: 
Lunes, Agosto 23, 2021

SEGÚN la tradición griega, los mártires Claudio, Asterio y Neón, que eran hermanos, fueron crucificados en Isauria. La tradición latina de las "actas" sitúa el martirio en Cilicia. El P. Delehaye opina que las actas se basan en un documento histórico, aunque con ciertas modificaciones legendarias, como la de la cantidad de torturas que los mártires soportaron con paciencia y otros rasgos de mayor importancia. En todo caso, los nombres de Donina y Teonila no figuraban en el documento original.

Las actas relatan que, en tiempos de la persecución de Diocleciano, los tres hermanos fueron acusados de profesar el cristianismo. La delatora fue su propia madrastra. Por entonces, habían sido también aprisionadas a causa de la fe, Donina, Teonila y un niño de brazos. Todos comparecieron ante el procónsul de Cilicia, llamado Lisias. Al entrar en la sala del juicio, Lisias dijo: "Que comparezcan los cristianos que los empleados del emperador han entregado al magistrado de la ciudad". El carcelero respondió: "Siguiendo vuestras órdenes, el magistrado de la ciudad ha hecho las debidas pesquisas y arrestado a seis cristianos: tres jóvenes, que son hermanos, dos mujeres y un niño. Uno de ellos se halla presente". Lisias dijo al cristiano: "¿Cómo te llamas?" Este respondió: "Claudio".

LISIAS: "Espero que tu locura no llegue hasta el grado de llevarte a la muerte. Sacrifica a los dioses; así escaparás a los tormentos que te esperan si no lo haces".

CLAUDIO: "Mi Dios no me exige tales sacrificios, sino que se complace en la limosna y la santidad de vida. Tus dioses son espíritus impuros que se complacen en infames sacrificios y acarrean con ellos castigos eternos a quienes los ofrecen".

LISIAS: "Atadle y golpeadle. No hay manera de hacerle entrar en razón".

CLAUDIO: "Aunque me impongas las más crueles torturas, no conseguirás hacerme cambiar de parecer ni tocar mi alma".

LISIAS: "LOS emperadores han mandado que todos los cristianos ofrezcan sacrificios a los dioses. Quienes se rehusen a ello serán castigados; los que obedezcan serán premiados".

CLAUDIO: "LOS premios de los emperadores son temporales y de corta duración. En cambio, la confesión de la fe de Jesucristo merece la gloria eterna". Entonces el procónsul ordenó que torturasen al reo y éste replicó: "Tu fuego y todos tus castigos son incapaces de hacer daño a quienes temen a Dios. Lo único que consiguen es darles la corona eterna". Lisias mandó que se le atormentase aún más cruelmente. Claudio dijo: "Considero como un insigne beneficio sufrir por Dios. Mi mayor felicidad sería morir por Jesucristo".

LISIAS: "Llevadle a la prisión y traedme a otro cristiano. Cuando Asterio compareció ante él, dijo el procónsul: "Te aconsejo que sacrifiques a los dioses,
pues ya acabas de ver lo que espera a quienes se niegan a hacerlo".

ASTERIO: "NO hay más que un solo Dios, que está en el cielo y cuya poderosa vista penetra hasta las cosas más pequeñas. Mis padres me enseñaron a amarle y adorarle. No conozco a los presuntos dioses que tú adoras".

LISIAS: "Desgarradle los costados con garfios y obligadle a sacrificar a los dioses".

ASTERIO: "Yo soy hermano de aquél a quien acabas de interrogar. Estamos de acuerdo y mi confesión será exactamente como la suya. Mi cuerpo está en tu poder, pero mi alma está fuera de tu alcance".

LISIAS: "Traed las pinzas y las tenazas. Atadle los pies, aplastadle y torturadle hasta que comprenda que soy capaz de hacerle sufrir. Poned brasas ardientes bajo sus pies y azotadle la espalda y el vientre".

ASTERIO: "LO único que te pido es que no dejes sana, parte alguna de mi cuerpo".

LISIAS: "Lleváosle de aquí, encerradle con los demás y traedme al tercero". Cuando llegó Neón, Lisias le llamó "hijo" y le trató con suma bondad, a fin de persuadirle a que ofreciese sacrificios para escapar a la tortura. Neón replicó que los dioses del procónsul no debían tener poder alguno, puesto que
necesitaban de la autoridad humana para hacerse obedecer.

LISIAS: "Golpeadle en la nuca y enseñadle a no blasfemar de los dioses".

NEÓN "Tú confundes la blasfemia con la verdad".

LISIAS: "Atormentadle en el potro, poned sobre su cuerpo brasas ardientes y azotadle la espalda".

NEÓN: " NO haré sino lo que es provechoso para mi alma y nadie podrá obligarme a cambiar de opinión".

Al ver que los tormentos no producían resultado, Lisias dictó la sentencia:

"Eutalio, el carcelero y Arquelao, el verdugo, se encargarán de crucificar a los tres hermanos en las afueras de la ciudad para que las aves de rapiña devoren sus cadáveres".

Entonces, Eutalio hizo comparecer a Donina. Lisias le dijo: "Ya ves el fuego y los infinitos sufrimientos que te esperan, mujer. Para evitarlos no tienes más que sacrificar a los dioses." Donina replicó: "No lo haré, pues con ello me condenaría al fuego que no se extingue y a torturas que no terminan nunca. Yo adoro a Dios y a su Hijo Jesucristo. El hizo el cielo y la tierra y todo lo que existe." Lisias exclamó: "Desnudadla y azotadla." Mientras la tortura se llevaba a cabo, Arquelao anunció a Lisias: "Señor, Donina está ya muerta." Lisias replicó: "Arrojad su cadáver al río y traedme a la otra." Cuando llegó Teonila, Lisias le dijo: "Ya ves lo que han sufrido tus compañeros, honra a los dioses y ofréceles sacrificio."

TEONILA: "LO único que temo son los tormentos eternos que destruyen el alma y el cuerpo."

LISIAS: "Abofeteadla, tendedla de espaldas, atadla y torturadla cuanto sea posible."

TEONILA: "¿No te avergüenzas de imponer tales penas a una mujer libre y extranjera? Perfectamente sabes que es vergonzoso, y Dios ve tus actos."

LISIAS: "Colgadla por los cabellos y abofeteadla."

TEONILA: "¿No te basta con haberme mandado azotar desnuda? Con ello no sólo me injurias a mí, sino que en mi persona injurias a tu madre y a tu esposa."

LISIAS: "¿Eres casada o viuda?

TEONILA: "Enviudé hace veintitrés años y, por amor a Dios, no he vuelto a casarme, he vivido en el ayuno, en la vigilia y la oración desde que abandoné a tus infames dioses."

LISIAS: "Para que su vergüenza sea total, rasuradle la cabeza. Atadle unas ramas a la cintura. Atadla a cuatro estacas hasta descoyuntarle los miembros. Azotadla en todo el cuerpo, ponedle brasas en el vientre y matadla."

TEONILA sucumbió pronto a tales atrocidades. Entonces, Lisias dijo: "Echad su cuerpo en un saco y arrojadlo al río". Con esto quería evitar el procónsul que los cristianos recuperasen las reliquias.