San Marcelo y compañeros mártires

Date: 
Viernes, Agosto 27, 2021

EL GOBERNADOR de la Tebaida, en Egipto, mandó que compareciesen ante él los diecisiete cristianos de Oxirrinco que habían sido denunciados como "los únicos que se oponen al decreto imperial, insultan a los dioses con su impiedad y desprecian a este tribunal, burlándose de vuestros mandatos." Eran éstos: el tribuno Marcelo, su esposa Mamea y sus dos hijos; un obispo y tres clérigos; un soldado, siete laicos y una mujer. El gobernador, ante el cual comparecieron en Thmuis, cargados de cadenas, trató de persuadirlos para que obedeciesen; como no lo consiguiese, los condenó a las fieras. Al día siguiente, ya en el anfiteatro, intentó todavía salvarlos, diciéndoles: " ¿ No os avergonzáis de adorar a un hombre que murió y fue sepultado hace mucho tiempo por orden de Poncio Pilato? Según me dicen, todavía se conservan las actas de ese proceso". Los cristianos no prestaron oídos a las palabras del gobernador. El autor de las "actas" pone en labios del obispo Milecio una confesión de la divinidad de Jesucristo claramente inspirada en las controversias arrianas y las definiciones del Concilio de Nicea. Los mártires murieron por la espada, según refieren las actas, porque los osos no les hicieron daño alguno y el fuego los dejó ilesos.

El Martirologio Romano da a estos mártires los nombres de Marcelino y Mamea; también menciona a sus tres hijos y sitúa el martirio en Tomi, ciudad del Mar Negro.

Alban Butler - Vida de los Santos