2013-09-04 L’Osservatore Romano
Para los oídos de Dios las oraciones suenan más que los tambores de guerra. Es la convicción de los obispos de Tierra Santa ante los siniestros vientos de guerra que soplan para añadir más sangre y sufrimientos a los que ya hace tiempo que afligen Siria y la región de Oriente Medio.La Asamblea de los ordinarios católicos de Tierra Santa se adhiere, por ello, a la jornada especial de oración y ayuno convocada por el Papa Francisco para el sábado 7 de septiembre, deseando que “cada ordinario en su diócesis, eparquía o exarcado, cada párroco en su parroquia y junto a sus parroquianos, organicen la jornada como más convenga”. A fin de que —y ésta es la convicción más profunda— el eco de las oraciones que se elevan de nuestros labios cubra el ruido de los tambores de guerra. En la misma dirección van las palabras de Gregorios III Laham, patriarca de Antioquía de los Greco-melquitas, para quien “la jornada de oración anunciada por el Papa es un gesto extraordinario de paz, que confirma el gran amor de Francisco por esta tierra martirizada”. Es una respuesta coral la que llega del laicado católico. Acción Católica italiana, como todas las AC del mundo reunidas en el Forum internacional de Acción Católica, comparte “el grito de la paz” del que el Papa Francisco se hizo intérprete en el curso del Ángelus del domingo pasado y renueva “el proprio compromiso a ser un eslabón de esa gran cadena de hombres y mujeres de esperanza, de diálogo y de solidaridad que consideran la paz un bien precioso -que supera toda barrera- que hay que promover y tutelar siempre”. Análogas adhesiones han expresado Comunión y Liberación, la Comunidad de San Egidio y el movimiento de los Focolares.