SEGÚN SEDICE, Santa Reparata, cuyo nombre menciona hoy el Martirologio Romano, fue una virgen martirizada en Palestina durante la persecución de Decio. Las "actas", que son espurias, afirman que la joven tenía doce años y era de carácter muy vivaz. Acusada de ser cristiana, compareció ante el prefecto de la ciudad, el cual, movido por su belleza, trató de ganársela con palabras amables. Pero Reparata se defendió valientemente y fue sometida a diversos tormentos. Como nada lograse vencer su constancia, el prefecto mandó que la arrojasen en un horno ardiente; pero, como en el caso de los tres santos niños de Judá, las llamas no hicieron ningún daño a Reparata, quien cantó en medio de ellas las alabanzas al Creador. Entonces, el prefecto intentó nuevamente persuadirla de que adorase a los ídolos, pero Reparata rebatió todos sus argu- mentos, desde el interior del horno. Enfurecido, el prefecto gritó a los guardias: "Cortad la cabeza a esa insoportable charlatana para que no vuelva yo a verla." Reparata cantó las alabanzas al Creador cuando marchaba al sitio de la ejecución. Los guardias vieron volar su alma al cielo cuando el verdugo le cortó la cabeza. Las pretendidas reliquias de Reparata fueron trasladadas a Italia, donde se venera mucho a la santa en varias diócesis.
Alban Butler - Vida de los Santos