UN OBISPO llamado Eugenio, que era astrónomo y matemático, ocupó la sede de Toledo. Su sucesor, San Eugenio, era músico y poeta, de origen godo. Siendo monje de Zaragoza, se escondió en un cementerio para evitar que le eligiesen obispo; pero fue descubierto y obligado a aceptar la consagración. Se conservan algunos escritos del santo, tanto en prosa como en verso. Se dice que era también buen músico y que trató de elevar el nivel del canto sacro que había degenerado mucho. San Eugenio gobernó su sede con gran edificación. Su sucesor fue San Ildefonso, un sobrino suyo. Alban Butler habla también de otro San Eugenio de Toledo, a quien el Martirologio Romano conmemora el 15 de noviembre. En realidad, se trata de un mártir relacionado con San Dionisio de París, pero que nada tuvo que ver con España. El 17 de noviembre, el Martirologio Romano menciona a un tercer San Eugenio, diácono de San Cenobio de Florencia y discípulo de San Ambrosio.
Alban Butler - Vida de los Santos