de Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco
TIMONEL. 25 de. Mayo. 2014
Reciban todos mi saludo, bendición y cariño. Desde un ambiente de frescura, renovación y cambio que ha creado el Papa Francisco en el Vaticano, los animo en la fe y la esperanza.
LA FAMILIA, PRIMER CENTRO DE LA EVANGELIZACIÓN
Queridas familias, les escribo estas líneas desde ciudad del Vaticano, en Roma Italia. Este 19 de mayo, los obispo de México, en el marco de la visita Ad Limina Apostolorum, nos hemos encontrado con el Papa Francisco, sucesor de Pedro. El encuentro se ha desarrollado en un ambiente de alegría y de fraternidad. Los obispos de México, a través del Cardenal Robles, le hemos presentado la realidad social y eclesial de nuestras iglesias, muchas de ellas marcadas por la inseguridad y la violencia. El Papa por su parte nos ha animado en la esperanza y en la evangelización. La evangelización, cuyo primer centro ha dicho el Papa Francisco es la Familia.
“La familia, célula básica de la sociedad y "primer centro de evangelización" (III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, n. 617), es un medio privilegiado para que el tesoro de la fe pase de padres a hijos. Los momentos de diálogo frecuentes en el seno de las familias y la oración en común permiten a los niños experimentar la fe como parte integrante de la vida diaria. Los animo, pues, a intensificar la pastoral de la familia –seguramente, el valor más querido en nuestros pueblos– para que, frente a la cultura deshumanizadora de la muerte, se convierta en promotora de la cultura del respeto a la vida en todas sus fases, desde su concepción hasta su ocaso natural” (Discurso del Papa Francisco a los obispo de México en su visita Ad Limina Apostolorum).
Queridos hermanos, los animo a que sigan asumiendo el enfoque de la familia en todos nuestros proyectos y acciones pastorales. No descartemos la importancia y el valor que tiene la familia en todo proceso de evangelización. Les pido a cada uno de ustedes asuman como una prioridad evangelizar en y desde las familias.
IGLESIA Y ESTADO TENEMOS EL DEBER DE PROMOVER UNA CULTURA DE LA VIDA
Con profunda preocupación he venido siguiendo las noticias en relación a la iniciativa que apunta hacia la despenalización del aborto en nuestro estado de Guerrero. Nos preocupa que cuando aun no salimos de la pobreza, la inseguridad y la violencia, se añade ahora actitudes y acciones de desprecio de los no nacidos.
“No obstante que somos un pueblo que ama, celebra y canta a la vida, tenemos que lamentar como se ha ido enseñoreando la cultura de la muerte, manifestada en una falta de respeto a la sacralidad de la misma vida; no sólo en las muertes violentas y crueles del crimen organizado, sino también en la mentalidad abortista de algunos sectores, muchas veces impulsada por políticas de agenda que atentan contra nuestra conciencia, la soberanía de nuestra nación y directamente contra el santuario de la vida, la familia” (Mensaje del Cardenal Francisco Robles, con motivo de la Visita Ad Limina Apostolorum).
Por esta razón, pero sobre todo por fidelidad a la persona y al Evangelio, Iglesia y Estado tenemos el deber de promover una “Cultura de la Vida”. Una cultura que reconozca el valor fundamental de la vida humana, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. Una cultura que exija pasar de la indiferencia al interés por el otro, y del rechazo a la acogida. La cultura de la vida requiere la educación en el verdadero significado del amor, la libertad y la sexualidad. La cultura de la vida presupone una apertura a la trascendencia, a la divinidad, al Absoluto. Una cultura de la vida busca condiciones de vida más dignas y justas para todos.
Con el fin de promover una Cultura de la Vida, este año en la Arquidiócesis lo hemos dedicado a la “Familia y la Vida”. En el nivel diocesano, esta tarea específica la he designado a la Pastoral Familiar y a la Pastoral de la Vida y la Salud, los cuales ya trabajan en el diseño de estrategias y acciones específicas. En el nivel parroquial, animo a los párrocos y sus equipos de pastoral familiar a que animen esta tarea impostergable.
Con mi oración, cariño y bendición
En Cristo, nuestra paz