de Eugenio Andrés Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla y Secretario General de la CEM

Hoy celebramos a santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, quien nació en España en el siglo XII. Desde joven se distinguió por el interés en el estudio de la Biblia y por el amor a los pobres.

Ordenado sacerdote, fue nombrado canónigo del Cabildo de la Catedral de Osma, cuyo Obispo le invitó a ayudarle en unas misiones diplomáticas por el norte de Europa que el rey de Castilla le había encomendado.

Durante este viaje, Domingo se dio cuenta de la necesidad de muchos pueblos aún sin evangelizar, así como del daño a la fe y los desórdenes que causaban en Francia algunos grupos de herejes.

Habiendo consultado al Papa, en lugar de perseguir a los herejes, comenzó a predicarles, a fin de ayudarlos a encontrar la verdad.

Algunos hombres decidieron unírsele, naciendo así la Orden de Predicadores, que recibieron una sólida formación en las mejores universidades de la época y un amplio conocimiento de la Biblia, con el objeto de que fueran capaces de responder a las preguntas planteadas por la razón.

De santo Domingo, un autor afirma que con frecuencia pedía Dios una cosa: que le concediera una auténtica caridad que le hiciera preocuparse de un modo efectivo en la salvación de todos las personas.

Unidos a santo Domingo, e implorando la intercesión de la Virgen María, pidamos también lo mismo, y procuremos ser en nuestra familia en nuestra sociedad y nuestra Iglesia verdaderos discípulos misioneros de Cristo que comuniquemos a todos la verdad y el amor de Dios.