El presidente del CELAM cuenta cómo se va desarrollando la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre los desafíos de la familia.
Monseñor Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla (México) y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), es uno de los 191 padres sinodales que participan en la Asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre los desafíos de la familia.
En diálogo con Radio Vaticana lengua española se expresó sobre algunos de los contenidos que se están analizando al interior de esta asamblea que atrae la atención de mundo.
Compartimos con nuestros lectores la entrevista completa.
“Es un clima muy fraterno. Como nos pidió el Papa, los obispos estamos hablando con mucha claridad, con lo que llevamos en el corazón y creo que con agilidad porque en 4’ (cuatro minutos) que es nuestro tiempo de hablar, o después 3’ (tres minutos) en que hay intervenciones libres. Sin embargo, sabiendo de la brevedad y de la importancia del tema, la mayor parte ha puesto en el centro de sus intervenciones sus preocupaciones”, explicó Retes.
Se hablado mucho de que este Sínodo tiene un fuerte interés pastoral. Usted que viene de América Latina, ¿cuáles serían los desafíos a los que podría responder el Sínodo de los Obispos?
Como lo estamos viendo confirmarse en las intervenciones, nuestras situaciones son muy distintas, son cosas comunes pero en América Latina todavía nos parece que todavía es muy oportuno y con capacidad de respuesta si llevamos una pastoral más abierta para la integración de todos los núcleos familiares estén en la situación que estén. América Latina percibo que, a pesar de las situaciones que viven muchas familias, de desintegración, de separación, de divorcios civiles e incluso vueltos a casar, se siguen considerando católicos, y yo creo que nuestra responsabilidad es atenderlos desde la situación que viven.
El nuevo método sinodal, con similitudes a lo que ustedes vivieron en Aparecida. Usted que trabajó de cerca con el ex arzobispo de Buenos Aires, ¿qué aspectos parecidos y qué aspectos diferentes encontramos en este nuevo método sinodal dada la experiencia de gracia que ustedes tuvieron en la V Conferencia General del CELAM en Aparecida?
Una de las semejanzas es la preparación a través del cuestionario de preguntas, el recogerlas, el haberlas enviado muy en tiempo, el haberlas podido reflexionar previamente a nuestra llegada. Segundo: este Sínodo es camino de un itinerario que todavía para el año que entra y que en eso el tiempo de preparación se hace de manera semejante a cuando preparamos las V Conferencia General de Aparecida. En el aspecto de realización se notan las diferencias también por las circunstancias: no es lo mismo cinco continentes que uno solo que tenemos historia, lenguaje y mucho camino común andado como Iglesia Católica. Por ello en Aparecida se pudo partir de una puesta en común de ese momento en grupos y se pudo trabajar con mucha agilidad en los temas fundamentales que fueron el cambio de época y el discipulado. Creo que esa es una diferencia que también es en parte por nuestra historia y lo que le da más conocimiento a todos los obispos que participan en situaciones muy semejantes. En cambio África, Asia, Indonesia, Europa son verdaderamente distintas.
El CELAM organizó el primer Congreso Latinoamericano sobre Pastoral Familiar [este año en Panamá]. ¿Cuáles fueron los puntos más importantes que surgieron de este Congreso?
Fundamentalmente fue ver que tenemos necesidad de una apertura de la Pastoral Familiar. Si bien es cierto que es muy importante segur un itinerario en lo que es un proyecto de Iglesia como modelo de vida familiar creo que la conciencia y la sensibilidad hacia tantos católicos y hacia situaciones especiales, por ejemplo, una de ellas que quiero señalar es el crecimiento de los hogares que son dirigidos por la mujer. El Congreso ayudó a establecer la conciencia, la sensibilidad y las orientaciones pastorales que ahora necesitamos aplicar.
Por último, el presidente del CELAM lanza un mensaje sobre cómo la Iglesia quiere ser cercana y acompañar a la gente: “Lo fundamental lo ha dicho ya el Santo Padre: tenemos que tener sensibilidad para manifestar la misericordia de Dios que es mostrar en la práctica que la Iglesia tiene la visión de hacer extensiva la presencia de Dios en el mundo pero esa presencia que acompaña, que da la mano, que levanta, que rehabilita, que sostiene. Eso creo que es lo que se está percibiendo a través de las intervenciones y que va a ser un buen camino de preparación al Sínodo del próximo año”.
VIRGINIA BONARD
FUENTE: Radio Vaticana