Sentir su presencia

de Enrique Díaz Díaz
Obispo Coadjutor de San Cristóbal de las Casas

23 Diciembre
AUDIO

Malaquías 3,1-4.23-24: “Les enviaré al profeta Elías antes que llegue el día del Señor”, Salmo 24: “Descúbrenos, Señor, al Salvador”, San Lucas 1,57-66: “El nacimiento de Juan Bautista”

Cuando escuchamos estas narraciones de los Evangelios de la Infancia de Jesús, descubrimos que están escritas con toda la sabiduría y tradiciones hebreas: buscan manifestar la grandeza no sólo del precursor, sino del mismo Mesías a quien tiene la misión de preparar el camino. Cada uno de los signos que encontramos en esta narración nos lleva a profundas consideraciones que nos hacen descubrir la mano de Dios y su plan de salvación.

No podemos ignorar que son hechos que recogen las profecías y los vaticinios antiguos. La misma forma en que Juan es concebido, la incredulidad de su padre Zacarías, la admiración de las gentes de toda la comarca, ya son señales de que este niño tiene una misión especial que cumplir. El nombre tiene mucha importancia y ocupa un lugar especial en la narración porque quiere manifestarnos que Juan, no solamente es regalo a una anciana estéril, sino que tiene la misión de manifestar lo que su nombre encierra: “Dios es favorable”, Dios tiene misericordia, Dios salva. Es el pregón que proclamará Juan el Bautista: la presencia de Dios en medio de los hombres. El Reino de Dios está cerca, afirmará con valentía y exigirá la conversión de corazón. La forma que propone es enderezar los caminos. Dos días faltan solamente para sentir esa presencia del Niño de las promesas.

Miremos bien los caminos que hemos recorrido y constatemos si ya están rectos, si no hay acciones que merezcan reprobación, si hemos rellenado con amor todos los huecos que tenían, si hemos rebajado las colinas de orgullo, de ambición y de egoísmo. Contemplemos a este niño que es precursor del Mesías, pero también nosotros igual que todos los que se enteraban, reconozcamos las maravillas del Señor y admiremos la presencia de Dios en su vida. Escuchemos la voz del Bautista que nos invita a preparar los caminos. Descubramos el paso de Dios en medio de nosotros y miremos si ya estamos listos para recibir al Mesías.

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