de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
COMUNICADO DE PRENSA
25 de enero de 2015
SON POSIBLES POR EL AMOR DE JESÚS
III Carta Pastoral (Descargar aquí)
Vivimos un momento privilegiado, hoy como ayer, el Santo Padre, sucesor de San Pedro, nos invita a echar las redes y pescar, y como aquellos discípulos, también nosotros queremos ir a pescar con él.
Agradezco a Dios la oportunidad de presentar a la comunidad mi tercera carta pastoral, la cual tiene como objetivo proponer a los fieles algunas luces, inspiradas en la Palabra de Dios y en el Magisterio de la Iglesia, que nos ayuden a planear nuestra pastoral.
En mi primer carta, hablé de la necesidad del encuentro permanente con Cristo (Kerigma). En la segunda, invitaba a tener claro el modelo de la misión que entusiasme a toda la Iglesia.
Ahora, propongo reflexionar en lo que somos: Iglesia como pueblo de Dios, en comunión de hermanos, discípulos de Cristo, que desempeñamos nuestra misión como cuerpo místico de Cristo. El objetivo es ponernos a pescar, cumpliendo así la misión que Jesús nos encarga.
En esta carta, marcó los programas a realizar durante este año, dando indicaciones a los diferentes secretariados y departamentos de la Arquidiócesis para desarrollarlos y presentarlos a la comunidad.
Entre otras acciones, he pedido la creación de un taller de predicadores para laicos y uno de homilética para sacerdotes, además de los encuentros de predicación del Evangelio en diversas plazas públicas y la creación de un nuevo catecismo que acompañe el caminar desde los niños hasta los adultos. Asimismo, pondremos especial empeño en el trabajo en las zonas pastorales, dando especial atención a quienes sufren por diversos motivos, como enfermedad, accidentes, muerte, violencia, injusticia, soledad y falta de oportunidades.
Finalmente, en la carta, hago una invitación para que todos los fieles participen, como en otros años, en los talleres de participación ciudadana en los que todos podamos renovar nuestro compromiso por el bien común.
Exhorto a todos los fieles a no tener miedo de soñar con ser una Iglesia pobre y solidaria, asumiendo con valentía la invitación del Papa Francisco.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey