de Pbro. Eduardo Corral Merino
Srio. Ejvo. de la Dimensión de Educación y Cultura
Irapuato, Gto a 16 de marzo del 2015.
La Iglesia sale al encuentro de los padres de familia para ayudarles a su tarea como educadores y a promover condiciones que les permita participar en la cultura educativa caracterizada por un Cambio de Época, sostuvieron aquí el obispo de Irapuato, Monseñor José de Jesús Martínez Zepeda y el Nuncio Apostólico en México, Monseñor Christophe Pierre.
“Los maestros –padres de familia, educadores, legisladores, autoridades educativas- deben tomar conciencia del reto de la educación en un Cambio de Época caracterizado por una emergencia educativa, lo que lleva a ampliar y profundizar los contenidos y métodos educativos que se usan con los niños y jóvenes de nuestro tiempo, pero sobre todo, poner a la persona humana en el centro de la atención”, dijo el representante del Vaticano.
Sin embargo, el principal desafío educativo es que la familia sea reconocida como principal educador. “Son los padres de familia los primeros responsables de la educación de sus hijos”, estableció el diplomático.
Como Iglesia, agregó el obispo de Irapuato, estamos llamados a trabajar no sólo en nuestras escuelas, sino en todo espacio comunitario, empezando por nuestras parroquias.
“Consideramos que es urgente el trabajo con los padres de familia, quienes, están sin muchas ayudas, para la comprensión del desempeño de su responsabilidad. Frente a un mundo que cambia, en un cambio de época, como dicen pensadores creyentes y no creyentes, queremos salir al encuentro con los padres de familia, para ayudarles a reflexionar, en un ambiente de comunión, solidaridad y mucho respeto”, agregó Martínez Zepeda.
La iniciativa que han tomado los obispos de México a través del documento Educar para una Nueva Sociedad no pretenden resolver todos los problemas de la educación, precisó el Nuncio Apostólico Chistophe Pierre, pero, agrego, es una contribución que la Iglesia pretende ofrecer a la sociedad para ayudar a todos los agentes educativos a transmitir.
En el Auditorio de la Familia Corde Jesú de esta ciudad ante padres de familia y maestros, subrayó que la tarea es de todos “porque cuando nos encontramos frente a una emergencia educativa, el problema no es entrar en una lucha contra otros. No es excluirnos. Todos tenemos que contribuir al bien de las personas, por lo que tenemos que aprender a dialogar para encontrar soluciones en este contexto nuevo”.
De ahí que el esfuerzo que quiere hacer la Iglesia es servir a la sociedad y por ello sale al encuentro de todo educador, sea padre de familia, maestro, autoridad, señaló.
Señaló que principal desafío educativo es que la familia sea reconocida como principal educador. “Son los padres de familia los primeros responsables de la educación de sus hijos”, estableció el diplomático.
Para ofrecerles una herramienta, se presentaron los Talleres de Educación para Padres de Familia, elaborados por la Unión Social de Empresarios de México, la Unión Nacional de Padres de Familia, la Universidad Autónoma de Puebla y las dimensiones de Educación, Cultura y Familia del Episcopado Mexicano.
“En mayo del 2014, se presentaron estos talleres que constan de 16 sesiones de trabajo para ayudar a los padres de familia a comprender el gran servicio de educadores, como primeros responsables de la educación de sus hijos”, dijo el padre Eduardo Corral, secretario ejecutivo de la Dimensión de Pastoral Educativa.
“Tenemos que salir y ser un incentivo para que los padres de familia participen. Nadie les ayuda a su labor de educar y por lo tanto no saben insertarse en la sociedad para promover condiciones que les permita a todos crecer”, dijo.
Dejó en claro que estos talleres no quieren catequizar ni adoctrinar, sino ayudar a los padres que son personas, encontrarse con otra persona que son sus hijos usando la metodología del amor.
Por ello, la Dimensión de Pastoral Educativa de la CEM, en conjunto con las cuatro diócesis que conforman la Provincia del Bajío (León, Querétaro, Celaya e Irapuato –Salamanca) difunden estos esfuerzo no sólo a la Iglesia Católica sino a toda la sociedad en su conjunto.