2012-03-26 Radio Vaticana
(RV).- “A donde irá veloz y fatigada la golondrina que de aquí se va. Junto a mi pecho hallará su nido en donde pueda la estación pasar. Ave querida, amada peregrina, mi corazón al tuyo estrecharé, oiré tus cantos, bella golondrina, recordaré mi patria y lloraré”…
Se fue de México: La estrofa inicial y final del tradicional canto mexicano de despedida, “Las golondrinas” que por cierto arranca las lágrimas más conmovidas cuando se le canta a alguien a quien mucho se ha querido… El sentir mexicano, a flor de piel, con el sentimiento de tristeza por ver partir a un ser querido, que tras estos días de inigualable contacto y reconocimiento de la figura del Papa, el pueblo de México ha experimentado. Se trató de amor a primera vista, y aquí nos hacemos a la importancia de la visibilidad de un Pontífice. Vino a México movido por el amor, con sus achaques de hombre de Dios, quebrantado por la edad, pero con la firme voluntad de dejar en este pueblo Juanpaulino por tradición, la certeza de que el Sucesor de Pedro le sigue amando, y ahora que los ha conocido, más aún les ama. “ADIÓS: queden con Dios, les dijo el Papa asegurando que su partida la hace colmado de experiencias inolvidables. Tres días intensos… a los que el Santo Padre ha correspondido pidiéndoles a todos que se queden con Dios el Señor les bendiga y María Santísima les proteja. “Adiós Queridos amigos mexicanos… Adiós en el sentido de la bella tradición hispánica que significa queden con Dios”. Igualmente emotivo fue el discurso de despedida del mandatario mexicano Felipe Calderón Hinojosa, aludiendo a estos 3 días de intensa emoción de un pueblo que ha expresado su fe en plena libertad. De hecho ha subrayado que ha sido memorable el modo en que se ha manifestado el júbilo en las ciudades de León, de Guanajuato y Silao que han mostrado lo mejor de sí para recibirlo.
La certeza de que “México nunca olvidará a Su Santidad, porque lo llevará siempre en el alma” ha sido subrayada por el Presidente Felipe Hinojosa, con la clara indicación: “Santidad, llévese para siempre las sonrisas de nuestros niños las porras de nuestros jóvenes, nuestras esperanzas y sepa que México siempre lo recordará. Lleve también consigo las lágrimas de las personas que ha encontrado, y sus pensamientos, tenga presente a México. Destacó que esta visita suscitó emoción esperanza cuando constató que con su venida Benedicto XVI ha tocado el corazón de los mexicanos con su cercanía, “ahora, el alma de muchos podrá soportar el cansancio, millones de familias redoblarán su esfuerzo para vivir los valores que usted ha comunicado y que evitarán que se caiga en la tentación del dinero fácil”.
“Somos un pueblo vigoroso que abre sus puertas a todo aquel que lo llama amigo y en especial al Obispo de Roma” dijo el presidente de México para expresar el agradecimiento por esta visita que México nunca olvidará y gracias por fortalecer la concordia para seguir luchando por un México prospero, gracias por estos días y por la profundidad de sus palabras”.
Benedicto XVI partió con destino a Cuba y la verdad nuestros corazones como dicen acá se “apachurraron de tristeza” porque del 23 al 26 de marzo, en México quedo escrita con lágrimas, emoción y vida una nueva página en la vida de la Iglesia y del pueblo mexicano. Y bueno, ahora nos toca seguir de cerca la segunda etapa del Viaje del Papa en América Latina, pero esa será otra historia. Desde León de los Aldama, para Radio Vaticano Patricia Jáuregui Romero (MFB/CA-RV)