El Espíritu Santo ilumina el caminar de la Iglesia

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

COMUNICADO DE PRENSA
24 de mayo de 2015
“EL ESPÍRITU SANTO ILUMINA EL CAMINAR DE LA IGLESIA”

Concluimos un ciclo litúrgico muy especial para nuestra Iglesia: el tiempo pascual. Han sido 50 días de celebración, mismos que se prolongarán a lo largo de todo el año.

La solemnidad de Pentecostés, con la que se cierra este tiempo, marca significativamente el inicio peregrino y misionero de la Iglesia. La gracia del Espíritu Santo que fue dada a los apóstoles, se extiende a todos los bautizados, haciéndonos templos vivos e instrumentos de evangelización en el mundo.

Es por esto que quiero invitar a todos los fieles para que renovemos esta gracia santificante y permitamos que las inspiraciones del Espíritu de Dios sean tangibles en nuestra vida.

Vivimos tiempos en los que se nos exige tener un mayor discernimiento de nuestras acciones y decisiones, luchando por no dejarnos envolver por la superficialidad material reinante. Los cristianos tenemos la encomienda de ser luz del mundo y sal de la tierra (Cfr. Mt 5, 13-14), y con nuestro testimonio, debemos buscar responder a los grandes cuestionamientos que se presentan en la sociedad.

Una característica que emana de la fiesta de este día, es la unidad en el pluralismo. El Espíritu Santo derrama sus dones en todos, por lo que siempre debemos estar atentos a las bendiciones que cada uno de los cristianos puede aportar.

San Juan XXIII, en la época del Concilio, invitó al mundo entero a no especular en aquello que divide, sino a trabajar en lo que nos une.

Tenemos una gran encomienda en la vida, no podemos permanecer indiferentes a la voz del Espíritu que inspira y asiste. Habrá momentos en los que no sabremos a donde ir, o en los que sentiremos que nuestras fuerzas se debilitan y, sin embargo, saldremos adelante gracias a la acción del Espíritu Santo que jamás abandona a quienes somos dóciles a su voz.

Recordemos que el amor de Dios siempre permanecerá en nosotros (cfr. 1 Jn 4,16), no tengamos miedo de ser testigos vivos de la verdad, la justicia y la paz.

+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey