LAZARO NO ESTA MUERTO, ESTA DORMIDO: ¡LAZARO, SAL AFUERA!
En la aldea de Betania, Jesús encontró una hospitalaria familia, de tres miembros que nos son muy conocidos, los tres son hermanos. Los padres no figuran para nada en la historia evangélica. Ahí había unas manos que esmeradamente lo atendían; unos oídos dóciles, enamorados de su palabra y un amor sincero de Amistad. Todo era felicidad y más cuando el Maestro Jesús era tenido por huésped.