¡ARRIBA Y ADELANTE HACIA LAS ELECCIONES ACERTADAS, PRESIDENCIABLES Y DEMAS!

​Rechazando la tesis contractualista de Rousseau; la organicista de Herbert Spencer y la ecléctica de Fouillée, acerca del origen de la sociedad, me adhiero a la tesis materialista que afirma que el hombre es un “zoon político” -animal político-. Es el hombre por esencia un ser social. Sólo llega a su pleno desarrollo espiritual y moral dentro de la comunión humana, de la convivencia y cooperación con el otro. Esto, no quiere decir que se desarrolla a costa del otro, sino que deviene él mismo a ofrecer al otro su propia perfección, y esto, no es una pérdida sino un enriquecimiento. El intercambio de funciones y servicios es algo muy positivo para el bienestar social. Todos los miembros de la sociedad humana debemos trabajar unidos en el logro de un objetivo determinado, de una meta propuesta que es el bien común. Este, es la razón de ser de la sociedad. Debemos convencernos de que aislados, no estamos en condiciones de satisfacer convenientemente las necesidades y exigencias para un perfecto desarrollo. Todos pues somos artífices del bien común. No esperemos que brote espontáneamente de las fuerzas solas de la naturaleza, sin nuestra colaboración, ni tampoco de Dios sin nuestra cooperación. Está destinado a todos y abierto a todos. Ejemplos de bienes que están al servicio de la utilidad común son: el ordenamiento jurídico, la educación pública, los servicios de sanidad, incluyendo los hospitales y centros de investigación, las instituciones de previsión social, servicios de seguridad, los servicios públicos que nos suministran agua, fluido eléctrico, medios de transporte, etc. No debemos desconocer la importancia que tiene el aspecto institucional del bien común, que hace posible el progreso y bienestar de la sociedad.
 
​Pero para que esto se cumpla lo más satisfactoriamente que se pueda es necesario una acertada elección de las personas, que van a ocupar puestos claves dentro del orden jurídico. Como el de Presidente, Gobernador, Senador, Diputado, etc. El pueblo mexicano se prepara a elegir a esas personas.

Creo que es una buena oportunidad para reaccionar con lucidez y responsabilidad sobre ese derecho y deber de todo ciudadano mayor de edad para elegir a los representantes por los cuales el pueblo ejercerá el poder. Ya es tiempo que los mexicanos adquieran conciencia de que hay que hacer realidad el régimen democrático en el que se dice vivimos y que siempre había estado en descrédito ya que no era el pueblo el que elegía a sus gobernantes, sino el de “arriba” el que los señalaba y no queda otra que aceptar. Los ciudadanos quedaban como simple objetos. En la verdadera democracia los ciudadanos  deben ser sujetos que conserven su iniciativa y su responsabilidad en los asuntos que atañen al bien común. En las verdaderas democracias el ciudadano puede desarrollar armónicamente, tanto sus derechos, como sus deberes; entre los que se cuentan el derecho político del voto y el deber de votar. Derecho y deber, que debe cumplir lealmente y a conciencia, puesto que repercute positiva o negativamente en el resto de la comunidad. Hay que dar nuestro voto, pero hay que saber a quien darlo. Toda sociedad bien ordenada y fecunda, requiere de gobernantes investidos de legítima autoridad, pero es necesario saber elegir a esa persona. Hay varios candidatos a la presidencia de la república, lo que importa es seleccionar al indicado para ese puesto. Reflexione en serio qué es lo que México necesita. En forma muy personal creo que debe ser un hombre de Estado. Que conozca el sistema político mexicano, que tenga capacidad extraordinaria de diálogo, que pueda transformar e impulsar las reformas políticas, que abra el sistema político a la pluralidad, que tenga sensibilidad social, ¡que no sea a la vez líder máximo de su partido! Que impulse tanto la macroeconomía, como la microeconomía; da tristeza saber cuanta pequeña industria clausuró; por no poder seguir adelante por tanta dificultad que les pone. Medite antes de dar su voto, que la persona que quiera ser presidente, también debe tener madera de jefe que esté convencido que el puesto que desea es para servir y no para aprovecharlo en bien personal. No es un amo que manda a esclavos y saca provecho del trabajo de otros. Como personaje público, debe elevarse por su mismo servicio por encina de mezquinos egoísmos. Debe tener el recto sentido de la autoridad y hacerla respetar en su persona. Espíritu de decisión y de iniciativa, no permanecer pasivo o inactivo. Debe ser enemigo de la rutina, de los caminos trillados, de fórmulas estereotipadas. No basta tomar decisiones, hay que encarnarlas en la realidad, aunque haya dificultades. En este mundo nada se obtiene sin trabajo. DEBE TENER CALMA Y DOMINIO DE SI MISMO. No dramatizar las cosas. LA CALMA  da la impresión de una voluntad firme, que sabe lo que quiere y que no consentirá en desviarse del blanco. UNA MIRADA SOSEGADA Y TRANQUILA es suficiente frecuentemente para inspirar seguridad a los indóciles. En lo personal desconfío de los líderes que hablan mucho, piensan que con verborrea ganarán votos. Cuando puede suceder lo contrario, ya que la palabrería, hace decaer el prestigio y la confianza. EL SILENCIO es índice de una voluntad firme y de una intensa reflexión que inspira respeto y confianza. Debe tener sentido de la realidad. Es bueno tener grandes y bellos ideales, pero que no sean quiméricos, que sólo se puede dar en la imaginación. Debe tener espíritu de previsión. Prever el porvenir, permite la rapidez de cálculo y la prontitud de decisión. No se debe trabajar sólo “al día” tiene que prever para un plazo largo las consecuencias de sus decisiones. Como se ve, el arte de conducir a una nación no es fácil, es lo contrario.

No deja de sorprender el empeño de los candidatos que andan en campaña, por llegar a la presidencia. Si son conscientes de lo que buscan y se sienten capacitados, son dignos de admiración. Pero debe ser el pueblo el que decida. Por eso es necesario que USTED ciudadano estudie y reflexione en el candidato, su plataforma, con qué fuerzas cuenta y cuáles son sus debilidades. Puede ser intelectual y honesto, pero seguirá el continuismo de años ya en el poder. Puede ser otro que inicie el cambio, pero no tenga la capacidad requerida para dirigir, organizar, mandar, animar, de hacerse ayudar o que se dedique a echar la culpa a otros.
 
​Piénselo bien antes de dar su voto, ya que éste, es una recomendación para ocupar el puesto. Necesitamos alguien que ame al pueblo mexicano y que manifieste ese amor sirviéndolo, no aprovechándose de él. ¡Arriba y adelante! Pero sin beneficiar a unos y perjudicar a otros. Como lo hizo el huésped de los -Pinos- de aquél tiempo, al quitar la tierra del -Valle del yaqui- a los buenos agricultores de aquellos tiempos en los que Sonora, era el: Granero de México. Ahora es otro el tema y el problema; que tendrá lamentables consecuencias, aunque tenga un beneficio. ¡Pero el fin no justifica los medios! No se puede robar, para beneficiar a otros.