Por José María Maruri, SJ
1.- “Queremos ver a Jesús”… “Queremos ver a Dios”. Es el grito que nace de lo más hondo del hombre. Y así como se habla mucho de los traumas que causa una supuesta represión sexual, que, por lo visto, sufrimos los de mis tiempos, no se dice nada de los efectos desastrosos que está causando el tratar de reprimir ese deseo innato del hombre hacia Dios.
El hombre nacido de la mano amorosa de Dios gravita hacia Él, tiende a volver a sus brazos como el niño a la madre. Y si hay algo que se interpone entre el hombre y Dios, el hombre se descentra, busca la felicidad donde no puede encontrarla, en el sexo, en la bebida, en la droga, en la violencia… Y esos efectos causados por la represión de la tendencia del hombre hacia Dios que conlleva nuestra sociedad materialista los estamos experimentando día a día.
2.- “Queremos ver a Dios” nos están diciendo sin palabras los que nos rodean, los que trabajan con nosotros, hasta familiares y amigos. Y por qué no le ven? Tal vez los que estamos cerca sabemos mucha religión, mucha teología, mucha sagrada escritura, somos profesores de Dios, pero Dios no se le enseña, se le narra.
- Un profesor de geografía enseña la orografía de los pueblos, sus ríos y sus valles, su vegetación, las costumbre de los pueblos.
- Un explorador, un viajero lo cuenta, no enseña, narra su experiencia.
“Queremos ver a Dios”. Ese grito no está clamando por profesores de Dios, sino por hombres que narren su experiencia de Dios, que dejen ver a Dios a través de su vida.
“Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos dejarán ver a Dios”, porque son corazones como cristales sin mancha que dejan ver a ese Dios que habita en ellos, como a través de los ojos de un niño se ve al Dios que habita en ellos, como a través de los ojos de un niño se ve al Dios inocente que vive en ellos.
3.- Mucho se habla hoy de transparencia, pues, pues transparencia es lo que se nos pide a los cristianos…
- somos imagen de Dios, pues que se vea a Dios en nosotros
- tenemos al Espíritu Santo en nosotros pues seamos cristal limpio y puro que deje ver al Espíritu de Dios.
- somos cristianos, cristóforos, portadores de Cristo, que todos vean en nosotros al Señor Jesús.
Somos cristianos o vamos disfrazados de cristianos y por eso nadie ve en nosotros al Señor Jesús? Somos transparencia de Dios o caricatura de Dios?
4.- El Señor nos dejó dicho como los hombres conocerían que éramos cristianos, cómo verían a Cristo y a Dios en nosotros: “si os amáis unos a otros. Esa ha sido la verdadera transparencia del cristiano. El que ama muestra que viene de Dios y señala el camino a Dios.
- El que ama hasta dejarse morir, en el surco como el grano de trigo, por los demás, ese es transparencia de Dios.
- El que ama hasta olvidarse de si mismo y se pierde a si mismo a trozos en las manos de los demás, ese se guarda para la vida eterna, compra la otra vida.
Estos versos son la marca de fábrica del cristiano transparente:
Toma, hermano, sin medida
cuanto quieras para ti,
que cuando yo salga de aquí
para comprarme otra vida
sólo tendré lo que di.
No seamos agentes de turismo de un Dios desconocido, sino guías experimentados en la aventura hacia Dios.